Aborda el tema del sexo como construcción normativa, analizando cuestiones tales como si es legítimo hablar de una esencialidad femenina o si el feminismo es una teoría política. Es un estudio que analiza cómo y por qué la percepción ideológica esencialista del genérico «la mujer» es inseparable de los espacios de poder acotados para cada sexo y de las relaciones de poder que los establecen.