Pero luego el dominio del varón sobre la mujer (especialmente en algunos pueblos) se fue acentuando, hasta que en el monoteísmo la mujer (y con ella la serpiente) llega a seer “el azufre”, “l símbolo del pecado y el origen de la Caída”, etcétera. El sexo femenino es “débil”, “fácilmente corrompible” y “presa de Satanás” y todo lo que ya conocemos. “La Gran Serpiente conoce la degradación, se convierte en materia despreciable. Se ignoran sus obras, se la deshonra, se masculiniza su poder. Su culto se irá extinguiendo progresivamente en tanto sus atributos y símbolos pasarán a adornar la cabeza, las manos, los pies de los ganadores.”
Primero se la incorpora (luego de derrotada) para utilizar su prestigio.
Después se la desacredita y anatematiza (en la etapa monoteísta más avanzada). Pero, mientras más grande la condena y la esclavitud de la mujer, tanto peor para el género masculino: en el momento mismo en que cree haber triunfado se queda sin compañeras.
Fuente: www.leonorcalvera.com.ar/historia_de_la_gran_serpiente.html
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