El capitalismo avanzado -afirma- es una entidad de dos caras: por un lado, fomenta la incorporación de todos los grupos sociales al mercado, y crea así un espacio simbólico común muy poderoso, unificado por las esferas del consumo y de los medios masivos, y, por otro lado, fragmenta a las clases sociales en grupos cada vez más reducidos, segmentados por su estilo de vida o sus modos de consumo.