En grandes zonas de la España republicana se comenzó a vivir en una sociedad en la cual todo el mundo era igual y nadie explotaba a nadie,siendo Aragón, una de las regiones donde más desarrollo alcanzó esta revolución. A ella también se unieron los habitantes de la comarca del Cinca, en Huesca, donde colectivizaron la economía bajo el principio de "cada uno según sus fuerzas y a cada uno según sus necesidades".