Sexting:
“Le dio esas imágenes porque lo quería. Y él las utilizó para amenazarla.”.Cuenta una madre que está luchando, junto a su hija, todavía menor de edad, para que sus imágenes íntimas de contenido sexual desaparezcan de Internet. Un novio despechado lo utilizó, primero como chantaje, y después como venganza. Al hacer públicas esas imágenes, el daño es imparable.
Grooming:
Las víctimas suelen ser niñas y el acosador un hombre adulto que haciéndose pasar por una adolescente de su edad, consigue imágenes íntimas. Luego, se quita la máscara y empieza una espiral de violencia. Exige contenidos cada vez más denigrantes bajo la amenaza de hacerlos públicos, y las niñas, ceden.
Pedófilos online:
La sociedad debe saber que “detrás de cada imagen de un niño abusado, hay un niño real”. Luis García, inspector jefe de la sección de menores de La Brigada de Investigación Tecnológica, considera fundamental no trivializar el consumo de pornografía infantil en la red. Nos asegura que, en este momento, hay miles de niñas abusadas. En algunos casos, las han visto crecer en los videos que investiga la BIT antes de poder detener al autor.